“Sálvanos, SEÑOR, que ya no hay gente fiel; ya no queda gente sincera en este mundo. No hacen sino mentirse unos a otros; sus labios lisonjeros hablan con doblez.” (Salmo 12:1–2) (NVI) Esta es una oración sentida de una persona preocupada por la maldad. El salmista es sensible frente a la deshonestidad y las injusticias de la sociedad. Llega a decir “se acabaron los piadosos y desaparecieron los fieles.”41 Como si hubieran sido exterminados.
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